Para Bolaño, donde quiera que esté
Soñé que Fisher y Karpov jugaban una ronda de matatena antes de la masacre del 90, y un chileno y una niña discutían sobre la poesía…
La poesía no muere y la prosa subsiste,
se alimenta de los espejos de las soledades
de las ficciones de los perros románticos;
poesía burda y directa,
pista de hielo bajo una estrella distante,
el oficio de reinventar el amor,
con amuletos y esperanzas…
con imágenes de sosiego y furor,
es el danzar en la senda de los elefantes;
los versos son los sueños de los detectives
aquellos salvajes que dejan la vida en la tinta,
en los desiertos de lo no dicho
en aquellas llamadas telefónicas;
y en las plumas de los nocturnos de Chile,
de México y de España…
se forjan los batallones del tercer Reich,
que empujan a esa poesía maldita,
a esa literatura perra,
la literatura Nazi en América…
la que sentencia a las putas asesinas,
la que se convierte en la universidad desconocida
aquella que se esconde en los imaginarios de chavales
la que manda corazones a la guerra,
la que mantiene a vagabundos en moto,
esa… la que culminará en 2666.